Para que esto suceda debemos morir, que será la separación
de nuestro cuerpo y de nuestra alma, dejando nuestra casa de la tierra.
Resucitar es volverse a unir el alma con el cuerpo glorificado. Dios con su gran poder dará definitivamente a nuestro cuerpo la vida incorruptible. "Los que han hecho el bien resucitarán para la vida y lo que han hecho el mal para la condenación. Palabras de Jesús.
"Nuestro cuerpo se
convierte en semilla (la semilla muere y nace la planta). Nos siembran
acabados, enfermos, débiles. Al resucitar lo haremos con un cuerpo lleno de
vigor. El Dios que resucito a Jesús, resucitará también nuestros
cuerpos. Nuestra alma se unirá con nuestro cuerpo ya glorificado (es decir que
ese cuerpo goza ya de la gloria eterna) Los buenos vivirán por siempre con
Cristo. El nos resucitará en el último día porque Dios, es un Dios de vivos no
de muertos.
Dice San Pablo. "Para mi la muerte es una ganancia, porque si hemos muerto con Cristo, también viviremos con Él o sea que si morimos en amistad con Cristo la muerte física nos lleva a un estado mejor.
Todos deseamos un día morir para estar con Cristo.
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